Día 3 (Jueves): Udaipur

Aquí empezó nuestra parte del itinerario dedicada al Rajasthan. Trás el vuelo a Udaipur y alojarnos en el hotel, fui a cenar a un restaurante que era un antiguo palacio a la orilla del lago Pichola, muy bonito. El guía nos ayudó a elegir la cena ya que no entendíamos muy bien la carta. Las comidas son muy diferentes, son bastante picantes debido al chili que suelen poner, y además usan el pan, que son tortas, para comer con los dedos (lo averigue más tarde). Aunque era de noche, la vista del agua con las luces que se reflejaban proporcionaba un delicioso ambiente.

Udaipur se llama así porque el Maharajá que la fundó se llamaba Udai. Todas las ciudades por aquí siguen esa regla: Jodhpur fundada por Jodh, Jaipur fundada por Jai, Ranakpur por Ranak, etc..

Al día siguiente fuimos a visitar el Palacio de los Maharajas o City Palace (siglo XVII y XVIII). Consiste en un recinto amurallado dentro del que se encuentras palacios y dependencias varias.

En la fachada hay un sol para poder venerarlo al amanecer aunque esté nublado. En el interior hay otro especial de oro para el Maharajá.

Las paredes están decoradas con pinturas representando al Maharajá:

Nos encontramos también con una estatua representando al Dios Ganesha (con cabeza de elefante) rodeado de un mosaico de espejos y cristales:

Los palacios tienen ventanas con celosías hechas en el propio mármol para que las mujeres pudieran ver sin ser vistas. La decoración es exquisita y hay muchas pinturas en miniatura representando distintos momentos de la vida del Maharajá.

En esta última por ejemplo, no se trata de 5 osos, sino de los distintos momentos de la caza del oso.
Ahora os dejo con fotos de diferentes aspectos de los palacios visitados:

Las vistas son bellísimas:

Después dimos un paseo en barco por el Lago Pichola, primero por la orilla y luego fuimos a ver un palacio.

Las vistas desde allí son preciosas:

Iba a haber una boda y estaban preparando la decoración, con muchos pétalos de flores:

 Es cierto que utilizan las flores para decorar en todos los sitios, para ofrecer a sus dioses, para dar la bienvenida, etc..

Por la tarde fuimos a visitar los Jardines de las Damas de Honor (Saheliyon ki Bari) donde paseaban y se bañaban  la reina y sus doncellas. El único hombre que podía entrar era el Maharajá.